✍️Carta a tu niña interior: Silvia Olivos

✍️Carta a tu niña interior: Silvia Olivos

Os presentamos la Carta a tu niña interior en este caso de manos de Silvia Olivos.

Nuestros alumnos, naturópatas, que siguen y siguen formándose para perfeccionar su labor profesional, cultivan una faceta imprescindible: las emociones humanas.

Un naturópata en consulta deberá enfrentarse al espíritu humano, dolores y sufrimientos que no siempre son físicos. Por eso los entrenamos en este abordaje para sumarlo al resto de técnicas o herramientas.

En este ejercicio de Carta a tu Niño Interior la persona se enfrenta a eventos o recuerdos no resueltos y que siguen como una música sorda pero invadiendo nuestra percepción de la realidad actual.

Silvia Olivos, naturópata

Silvia Olivos nos abre su corazón de niña y nos muestra su alma de poetisa y su cálido corazón. Caer en sus manos es saber que recibiremos sensibilidad y responsabilidad. Os pasamos su carta:

Carta a Silvita:

Pequeña, pareces que en una mano mía cabes, te veo buscando refugio, que te den calor, que te den amor.  

Hoy apartaré los años que han pasado, apartaré hasta las estrellas del cielo para abrir la puerta y estar contigo. 

Te veo envuelta en agotadas espinas y tu vida tan solo comenzaba.  Te veo, te siento sola. A tu lado no hay voces no hay palabras ni tampoco silencio, sé que estabas allí, que existías en esa confusa soledad del miedo.   

Tus ojos azules guardan tus sollozos de esas calles, de esas casas, de esas personas con olor a sombra. No comprendes nada, solo ves un gran mundo con tantas gentes haciendo preguntas, ni ellos sabían por que estabas allí!  

Había que buscar una » Ley humana» y permisiva que justificara tu existencia!!   Mientras tu alma se rompía a trozos y el mar azotaba tu cuerpo como una pata de pájaro en una orilla perdida. 

Entonces pensaste que no eras «Nadie» solo veías un planeta con terribles dientes. Ha sido un violento vuelo, de días, meses, y años, han ido cayendo los pétalos del tiempo lentamente.   

Aquí y ahora deseo dejar caer en tu alma la imponente seguridad de una MADRE para que olvides el antiguo y huracanado viento que te azotaba.     

Mis parpados forzosamente se levantan por los recuerdos y te estoy mirando, escuchando y te siento y ahora, aunque cierre los ojos y me cubra el corazón, veo caer una gota. … es una lagrima tuya.   Pero también veo tus sueños sigilosos enredados en la bruma; con qué fuerzas con qué furia ponías tus sueños en la punta misma de los álamos para alcanzar el cielo!  Y luego te deslizabas por esas ramas de sauce que te abrazaban que te daban refugio y seguridad y no sabían ni importaba como te llamabas! 

Oh! Niña, solo puedo quererte con besos y amapolas … y si de algo te sirve AGRADECERTE porque corrías descalza por arroyos secos llenos de pedruscos y relámpagos, pero tu alma se hizo grande.

Espérame, dame tu pequeñita mano vamos a subir y sufrir, vamos a sentir y saltar para que olvides tus nidos ásperos de roca, estoy en deuda y me siento feliz de tu fortaleza y juntas vamos a desafiar el infinito …

Un beso                                  

Carta de Silvita

Si; aquí estoy, no sé nada de lo que llaman vida solo veo el cielo que respiro y montañas infinitas con nieves eternas.  

Los inviernos son muy largos, las ventanas lloran y el viento hace mucho daño como los ojos de muchas personas.

Durante un inmenso invierno mojado, descubrí que me ponían «calcetines», que palabra tan difícil!!  Pero te cuento; un simple calcetín albergaba la diferencia!!

Mis calcetines eran de un solo color incluso los domingos, las niñas importantes los llevaban con unas líneas de colores al tobillo, eran mágicos para mí!!.  

Silvia o Silvy como te dicen las personas que te quieren, mi alma se fue restructurando, mis árboles, mis riachuelos me dieron fuerza y superación.

Comencé la carrera de la vida no en 0 sino en -0  pero  lo estoy logrando, si me faltó amor lo creé , si me faltaban caricias las inventaba.  Pero hoy me siento segura porque vas conmigo ayudándome a nacer, ayudándome otra vez a cantar. 

Hoy necesitamos nuestras manos para lavar el tiempo duro.

Te quiero, desde aquí. 

Un gran beso

Una carta llena de sentido y que a todos nos puede resonar de alguna manera. Gracias Silvia, todo un lujo contar con tu apoyo y tu ayuda.

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