¿Cuáles son las principales preocupaciones de mujer entre 35 y 50 años?
No hay dos personas iguales, ni dos edades iguales o dos etapas idénticas, pero las circunstancias, la biología y la cultura presionan y afectan de forma similar a los individuos.
Por eso creemos que las principales preocupaciones de las mujeres entre 35 y 50 años suelen estar relacionadas con una etapa vital de grandes cambios biológicos, familiares, sociales y profesionales.
Vamos a presentar un muestreo:
1ª. Preocupación: Salud y bienestar físico
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Cambios hormonales y premenopausia: Aparición de síntomas como sofocos, irregularidades menstruales, insomnio o cambios de humor. Algunas mujeres no sufren tales síntomas por acercarse a la menopausia, otras tantas sí. Hormonas y emociones son vecinos, tanto hay de una como sobra de otra.
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Mantenimiento de energía y peso: Preocupación por el metabolismo más lento, aumento de grasa abdominal o pérdida de masa muscular. Es insufrible para la mayoría de las féminas comprobar como «comiendo lo mismo se engorda el doble», y lo que es peor, de forma desigual: esa tripita que no es «cervecera».
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Prevención de enfermedades crónicas: Hipertensión, colesterol, diabetes, osteoporosis o cáncer de mama. Y es que los medios de comunicación ya se encargan de «recordarnos oportunamente» tooooooooooodas las enfermedades que podemos tener a partir de una edad. Un recurso muy publicitario por supuesto para entrar en la rueda de pruebas clínicas, y más pruebas clínicas y por supuesto, medicamentos.
Resumen: La biología femenina empieza a marcar un cambio de ciclo hormonal que afecta a la vitalidad, la imagen y la percepción de salud futura. Aunque no tiene por qué afectar a la salud, la mujer tiene esa percepción de propensión a la enfermedad.
2ª. Preocupación: Aspecto físico y autoestima
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Piel y envejecimiento visible: Arrugas, flacidez, manchas en la piel. Eso es algo que se puede retrasar pero difícilmente evitar. Desde luego la alimentación y el estado de ánimo colaboran activamente en una piel tristemente envejecida o una piel que envejece con frescura. De las dos, el estado de ánimo influye más que la alimentación.
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Cuidado del cabello: Caída, pérdida de volumen o encanecimiento. Uy, que salgan canas nos preocupa a las mujeres, pero como suframos un episodio de caída o fuerte caída… en este aspecto volvemos a tocar el tema de la alimentación y de la higiene emocional. Todo lo que se ve fuera es un reflejo de lo que llevamos dentro y de lo que metemos dentro, claro está.
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Imagen corporal: Comparación social y presión cultural por “mantenerse joven”. Piel, postura corporal, volumen, rasgos faciales o corporales, nivel de energía… todo eso «sentimos o nos han hecho sentir» que van a definir el grado de aceptación de los demás. Influye, es cierto, pero lo que realmente cautiva a los demás es el tipo de carácter y personalidad que hayamos logrado forjar a lo largo de los años.
Resumen: La sociedad actual sobrevalora la juventud y muchas mujeres sienten la necesidad de cuidar más su apariencia para mantener confianza y seguridad. Pero no sería justo ignorar el impacto en los demás de nuestra fuerza, seguridad, iniciativa como encantos al alcance de cualquiera.
3ª.Preocupación: Familia y relaciones
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Crianza y adolescencia de los hijos: Preocupaciones por la educación, conducta o futuro de los hijos. Es la época idónea de criar. Ahora se retrasado un poco en comparación con otras épocas. Tenemos que ser perfectas y ahora contamos con 20.000 tipos de alimentación, educación, cuidados, etc. Y si nos metemos en la época de la adolescencia… hay que poner de acuerdo tres cerebros y eso finalmente le pasa factura a la mujer.
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Relación de pareja: Estabilidad emocional, sexualidad y complicidad en una etapa de cambios. En esta franja de vida ya la mujer no cree en el «príncipe azul» pero sigue sintiéndose presionada por los estereotipos sociales con la presión que ello supone. En definitiva siempre con la presión interna y externa de «ser perfectas»
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Padres mayores: Muchas mujeres empiezan a asumir el rol de cuidadoras de padres ancianos. Ahí es donde la pescadilla se muerde la cola. O como dirían vulgarmente, «salgo de Poncio y me meto en Pilatos». La llamada ética del cuidado. Las mujeres somos las mejores cuidadoras por una sencilla razón: nuestra generosidad innata. Pero inmolar tu vida personal primero con los hijos y luego con los padres, ¿te harán sentir llena y satisfecha? Plantéatelo.
Resumen: Se sitúan en un “punto intermedio” entre cuidar a sus hijos y a sus padres, lo que puede generar estrés y sobrecarga emocional. Sin olvidar que la presión continua y asfixiante es la de ser perfecta.
4ª.Preocupación: Carrera profesional y economía
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Estabilidad laboral: Muchas buscan consolidar su carrera o reinventarse profesionalmente. Aquellas que trabajan y tienen ambición sienten la presión de llegar más arriba y mejor junto con el sentimiento de culpa de no haber estado «ahí» cuando se las necesitaba en casa. Y aquellas que renunciaron a su profesión se plantean hasta qué punto no se equivocaron.
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Techo de cristal: Dificultad para ascender en ciertas áreas dominadas por hombres. Todavía en algunos ambientes existe ese «proteccionismo masculino» que es tan dañino como el «proteccionismo femenino». Debe tomar decisiones y responsabilidades el que mejor ejerza y lo demuestre, no por ser hombre o mujer. Meritaje, señores, meritaje…
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Economía y seguridad futura: Ahorro para la jubilación, inversiones o independencia financiera. En esta franja vital es cuando empezamos a tomarnos en serio el tema del dinero y del futuro. Y eso nos suele quebrar mucho la cabeza…
Resumen: Son años clave para asegurar estabilidad económica, con la conciencia de que la jubilación no está tan lejos. Pero también es una época de ambición y proyección personal o al menos de plantear esos horizontes, además de los familiares.
5. Preocupación: Desarrollo personal y sentido de vida
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Búsqueda de propósito: Más allá de la rutina diaria, muchas sienten la necesidad de conectar con un propósito más profundo. La mujer en esta etapa consigue tener más control sobre la vida rutinaria y es cuando se plantea que hay «algo más allá» de comer y dormir. No suele ser una inquietud que nos lleve al insomnio, pero si es una música de fondo que nos aporta tristeza, inquietud o alegría.
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Gestión del estrés y la ansiedad: Derivado de la multitarea (trabajo, familia, salud, economía). Es normal sentir estrés cuando cada vez recaen sobre ti más y más responsabilidades. Añadiendo que la naturaleza no ayuda y las hormonas tampoco.
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Autoconocimiento: Mayor interés por el bienestar integral, terapias naturales, yoga, meditación, naturopatía, la proyección personal.
Resumen: Es una etapa de reflexión en la que se replantea el rumbo de vida, la identidad personal y la huella que se quiere dejar. Es una etapa donde empezamos a vivir las tres dimensiones de la existencia…
La naturopatía te puede ayudar y orientar en todas estas interrogantes. La única en la que no puede asesorarte es en tu dimensión espiritual o en tu ética. Al menos no debería. La ética, la moral, los principios o valores son temas personales y respetables. No hay una sola espiritualidad desde la naturopatía, ni tampoco la mejor… pero para todo lo demás, aquí nos tienes.
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