¿Artritis? … no por favor

¿Artritis? … no por favor

Con el nombre de artritis se entiende la inflamación de las articulaciones, acompañada de ordinario de fuertes y agudos dolores.

Existe una artritis sencilla, que afecta solamente a una de las articulaciones, como las rodillas, los hombros, las muñecas, etc. Y está además la poliartritis que, como su mismo nombre lo indica, afecta a varias o a todas las articulaciones del cuerpo.

Esta constituye una de las más graves enfermedades reumáticas, que poco a poco va progresando y deformando los huesos, inmovilizando las articulaciones y ocasionando fuertes y agudos dolores. Pueden sufrir esta enfermedad toda clase de personas, mayores y menores pero, preferentemente las mujeres.

Parece ser que la causa de la artritis es la acumulación en las articulaciones de sustancias tóxicas, como los ácidos úrico y oxálico, la urea, fosfatos, etc., que el mal funcionamiento de los riñones no ha sido capaz de eliminar por la orina, o por el sudor, la respiración, etc.

¡Cuántos enfermos vemos con nuestros ojos, afectados por esta terrible enfermedad, sentados en sus carritos o tendidos en sus camas, totalmente inválidos y soportando pacientemente sus agudos dolores! Ojalá puedan ser estas recomendaciones un rayo de esperanza para la mejoría de sus pacedimientos.

Emociones. –

 En general, la artritis se manifiesta en personas que son duras consigo mismas, que no se conceden el derecho a detenerse o a hacer lo que les gusta, y además les resulta difícil pedir lo que necesitan. Prefieren que los demás las conozcan lo suficiente para ofrecerles lo que precisan. Cuando los demás no responden a sus expectativas, se decepcionan y sienten amargura y rencor. Incluso pueden abrigar deseos de venganza, aun cuando se sientan impotentes. Esto les hace experimentar una ira que reprimen muy bien. Poseen un sentido crítico interno muy fuerte.

El lugar en el que se presenta la artritis indicará qué área de su vida es la afectada. Por ejemplo, si es en las articulaciones de las manos, le beneficiaría adoptar una actitud diferente al trabajar con ellas. Si necesita ayuda debe pedirla y no esperar a que los demás utilicen la telepatía o adivinen que desea que la ayuden.

Las personas que padecen artritis tienen un aspecto de docilidad, pero en realidad viven con una gran ira interna y rechazan profundamente este sentimiento. Al igual que la artritis, también las emociones nos paralizan, por lo que estas personas se beneficiarían si dejaran de acumularlas.

Si padeces artritis, revisa por qué te resulta tan difícil pedir lo que necesitas. Si es porque crees que haciendo lo que te gusta vas a exagerar y a volverte egoísta, te sugiero que revises si esto es cierto. También te ayudaría consultar la definición de la palabra “egoísta”. Acepta la idea de que te puedes permitir decir “no” cuando no quieras realizar algunas tareas y, si te decides a llevarlas a cabo, debes hacerlas con placer y sin criticarte internamente.

Si te impones muchos deberes porque buscas reconocimiento, confiésalo y reconoce que lo haces por ti y no porque alguien te obligue. Concédete el derecho de buscar reconocimiento haciendo cosas para los demás. Si realizas tus tareas con alegría en lugar de criticarte mentalmente, la vida te parecerá más agradable y te volverás más flexible y ágil.

Otros autores lo interpretan así.

La inflamación, rigidez muscular y dolor que corresponden, en el plano metafísico, a un cierre, crítica, pena, tristeza o ira. Simbólicamente hablando, la gracia y la libertad de movimiento son las principales cualidades, vinculadas a la articulación. Cuando se vuelve ésta inflexible, o cuando se endurece, la artritis está asociada a cierta forma de rigidez de mis pensamientos (pensamientos cristalizados), de mis actitudes o de mis comportamientos, de tal forma que todas las emociones profundas que debería expresar normalmente, lo son por la manifestación física de esta enfermedad.

Así, la artritis se produce si soy demasiado inflexible, demasiado exigente, testarudo, intolerante, muy moralista, criticón, restringido o demasiado orgulloso con relación a mí mismo, a los demás o a las situaciones de mi existencia. Un sentimiento de impotencia acompaña habitualmente el sufrimiento que me frena. Vivo el sentimiento particular de estar mal amado, de no estar amado y apreciado a mi justo valor, lo cual me trae mucha decepción y amargura frente a la vida y mal humor.

Manifiesto entonces un espíritu excesivamente racional. Crítico con frecuencia todo o nada porque tengo miedo a la vida y siento frecuentemente una forma de inseguridad crónica. Me siento explotado: hago acciones y pongo gestos más para complacer a los demás que por real voluntad e interés, de tal modo que digo “sí” por deber cuando, en verdad, es “no”. Quizás haya vivido un traumatismo de infancia y me inhibo ahora mis emociones, sin admitir lo que sucedió (ocultación) porque “sufrí mucho en tal experiencia y me permito inconscientemente censurar y quejarme para que los demás puedan comprender hasta qué punto padecí”.  Esta manifestación se relaciona con el sacrificio de sí. La artritis también puede proceder del modo en que me trato o trato a los demás con relación a la crítica.

La artritis también provoca una especie de acción retrógrada; tengo la sensación de volver atrás en el plano energético, como si se me indicara hacer algo más en una dirección diferente, en vez de ir hacia delante. Ya que mi miedo, mi débil valoración propia y mi rigidez hacen que se creen profundas emociones referentes al porqué, el cómo o a la dirección de mis movimientos en la vida, puedo tener el sentimiento de estar obligado, restringido, inmovilizado o encerrado. Entonces, sentiré una incapacidad a doblar (mi actitud), a ser mentalmente flexible o capaz de abdicar.

La articulación artrítica me indica lo que vivo y me da más informaciones. Al nivel de las manos (dedos), la pregunta es: ¿Estoy realmente haciendo lo que deseo y lo que quiero hacer? ¿Mis propios asuntos están “bien entre mis manos”? ¿Hay gente a quienes ya no tengo el gusto de “dar la mano”? Mi libertad y mi espontaneidad en “manejar” lo que sucede en mi universo están limitadas por mi rigidez y mi dureza. A nivel de los codos: “Estoy inflexible a los cambios de direcciones por tomar en mi vida? Permito a los demás ser libres y expresar su pleno potencial? En las rodillas: Frente a quién o qué tengo la sensación de tener que arrodillarme y delante de quién o qué no quiero doblar? A partir de ahora, compruebo mis verdaderas intenciones con relación al amor. Debo cambiar mi modo de pensar y adoptar una nueva actitud frente a las situaciones de mi vida. Quedándome abierto al amor que está omnipresente (por todas partes) y expresándolo de modo más honesto, libre y espontáneo, mi corazón será radiante y respetaré a los demás tanto como a mí – mismo. Amistad, comprensión y perdón son ahora disponibles para mí.

Remedios Naturales. –

Los más importante es llevar una actividad preventiva evitando comidas excesivas sobre todo de carnes, quesos viejos, exquisitos pescados, etc.

También te ayudará tomar diariamente el zumo de 2 a 4 limones mezclados con agua natural. Lo tomas durante todo el día.

Te proponemos un vasito de ortigas todos los días antes del desayuno (infusión) pero también te beneficia una infusión de Cola de Caballo antes de cada comida.

El remedio estrella puede ser tomar durante dos meses una mezcla de:

  • cucharada de vinagre de manzana batido con
  • una cucharada de miel pura
  • en un vaso de agua

se tomará durante la comida y la cena.

Tomar magnesio te ayudará. Cualquier preparado te indicará la dosis adecuada.

Para terminar puedes aplicarte cataplasmas bien calientes de tomillo, o cola de caballo, de llanten, salvia o de arcilla fresca.

Este tipo de remedios van a fortalecer tus articulaciones y la mejoría será más duradera que un simple antinflamatorio que conlleva consecuencias negativas.

Con Naturopatía Vivirás Más y Mejor

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