Cola de caballo (Equisetum Arvense) ¿conocías todos sus beneficios?

Cola de caballo (Equisetum Arvense) ¿conocías todos sus beneficios?

Nos dice Maria Treba que en la medicina popular la Cola de caballo gozaba desde tiempos remotos de gran prestigio, sobre todo por su poder hemostático y su eficacia contra las graves afecciones de los riñones y de la vejiga.  Pero a pesar de ello se cayó con el tiempo en el olvido.

Gracias a nuestro gran médico naturista Kneipp, la Cola de caballo a vuelto a tener la fama de antaño. Para él esta hierba es «única, insustituible e inestimable« contra las hemorragias, los vómitos de sangre, las afecciones renales y vesicales, los cálculos y las arenillas». Dice que «la Cola de caballo es un remedio extraordinario para curar las úlceras cancerosas y la caries ósea. Lava, disuelve y quema todo lo malo. También se puede envolver la hierba húmeda y caliente en paños mojados y aplicarla a las partes enfermas.» 

El padre suizo Künzle dice que todas las personas deberían beber a partir de cierta edad, cada día, una taza de infusión de Cola de caballo. Así desaparecerían todos los dolores debidos al reuma y a la gota así como las neuralgias, y todos gozarían de una vejez con salud. Cuenta que un anciano de 86 años que padecía terriblemente del mal de piedra se curó con un baño de vapor de Cola de caballo y vivió aún muchos años, y prosigue diciendo: «Esta hierba corta las peores hemorragias y los vómitos de sangre dentro de poco, casi en un abrir y cerrar los ojos, ingiriéndola en forma de infusión.»

Las personas ancianas que de pronto no pueden orinar y se tuercen de dolor porque la orina no sale o sólo gotea, pueden calmar los dolores mediante estos baños de vapor calientes, sin que el médico tenga que recurrir al sondeo. Para combatir las arenillas y los cálculos renales y vesicales se toman baños de asiento calientes de Cola de caballo bebiendo simultáneamente una infusión caliente de la misma hierba a pequeños tragos; hay que retener la orina todo lo que se pueda para expelerla finalmente con presión. De esta manera suelen expulsarse también piedras.

La Cola de caballo ayuda en casos donde otros diuréticos no suelen dar resultados, como por ejemplo en la hidrocardias, en la hidropesía de la pleura costal o en trastornos renales debidos a la escarlata u otras graves enfermedades infecciosas con retención de agua.
Con todo se puede afirmar que la Cola de caballo es un remedio muy indicado para todo el aparato renal y urinario, tanto en uso interno como externo.

En madres jóvenes se manifiestan a veces, como consecuencia de un parto difícil, trastornos visuales; éstos se deben muy probablemente a que los riñones de la madre han sufrido durante el parto. Baños de asiento de Cola de caballo activan desde el exterior la irrigación sanguínea de los riñones, disminuyendo así la presión en los ojos causada por la insuficiencia renal, mientras que los trastornos de la vista van desapareciendo.

Las erupciones cutáneas acompañadas de picores, estén encostradas, purulentas o tiñosas, se curan con ayuda de lavados y compresas a base de infusión de Cola de caballo. Estos lavados y baños también se emplean contra la oniquia (inflamación de la raíz de la uña), los pies llagados, la caries ósea, las heridas antiguas expansivas, las úlceras cancerosas, los espolones del calcáneo, las fístulas, el lupus, la sicosis derm. y otros líquenes. En estos casos se pueden recomendar también las cataplasmas al vapor de Cola de caballo.

Las hemorroides dolorosas se combaten cubriéndolas de un emplasto de hierba fresca, que se obtiene de la siguiente manera: lavar Cola de caballo recién cogida y picarla en el mortero hasta que se forme a modo de una papilla.

Contra las hemorragias nasales repetidas y persistentes se aplican compresas en frío de Cola de caballo, es decir paños embebidos de una infusión ya fría de esta planta. Por su poder hemostático la Cola de caballo ayuda asimismo, bebida en forma de infusión, a atajar las hemorragias pulmonares, uterinas, hemorroidales y estomacales. En estos
casos se toma más concentrada que normalmente: 2 ó 3 cucharaditas repletas de hierba por cada taza.

La Cola de caballo mezclada con Verónica constituye, debido a sus cualidades depurativas de la sangre, un remedio preventivo contra la arteriosclerosis y la pérdida de la memoria. Se puede considerar como el mejor profiláctico contra el cáncer.

Para combatir la hiperhidrosis de los pies (sudor excesivo) recomiendo la tintura de Cola de caballo (véase en Modos de preparación), un excelente remedio con el que se frotan diariamente los pies, después de lavarlos y secarlos bien. Pero también hay que tomar cada día, media hora antes del desayuno, una taza de infusión de la misma hierba. Los pediluvios con esta planta tienen el mismo provecho. Contra la caspa se lava la cabeza cada día con un cocimiento de Cola de caballo y se frota después bien con un buen aceite de oliva. De esta forma se quita rápidamente esa molestia.

La incontinencia de orina (orinarse en la cama) se combate con una infusión compuesta de Cola de caballo e Hipéricon, de la cual se administra una o dos tazas al día; con la última comida no se bebe ya nada. Esta mezcla la recomiendo también para hacer gárgaras y enjuagues en los casos de anginas, estomatitis, estomatitis ulcerosa, cariadura, encías sangrantes, gingivitis, fístulas y pólipos del paladar y de la garganta.

Contra el flujo blanco de la mujer se toman baños de asiento de Cola de caballo.

No olvidemos que la Cola de caballo es una de las mejores plantas medicinales para los pulmones, tanto en bronquitis crónica como en tuberculosis pulmonar.

Incluso pólipos del bajo vientre o del ano y sinovitis se curan del mismo modo. En estos últimos casos se apoya el tratamiento mediante cataplasmas al vapor y baños de asiento de Cola de caballo. Estas cataplasmas son también muy útiles contra los cólicos del estómago, del hígado y de la bilis así como contra las congestiones dolorosas, cuya presión hacia arriba entorpece el funcionamiento el corazón. Y muchas más que no vamos a especificar aquí…

MODOS DE PREPARACIÓN.-

Infusión: 1 cucharadita colmada de hierba por cada 14 I. de agua; no se hierve.

Cataplasmas al vapor: Se pone agua a hervir en una olla y sobre la misma se coloca un tamiz con dos puñados de Cola de caballo. Cuando la hierba esté bien caliente y reblandecida se envuelve en un paño y se aplica a la parte enferma del cuerpo. Se cubre todo bien para que se mantenga caliente y se deja actuar durante varias horas o toda la noche.

Baños de asiento: 100 g. de Cola de caballo se dejan toda la noche a remojo; al día siguiente se calienta todo y cuando rompa a hervir se cuela el líquido, que se mezcla con el agua del baño. Duración del baño: 20 minutos. Después de este baño no hay que secarse, sino envolverse en una toalla grande o en un albornoz y quedarse una hora bien tapado en la cama.

Tintura: 10 g. de hierba fresca por cada 50 g. de aguardiente (de grano) puro. Se deja macerar 15 días al sol o cerca de la lumbre agitando la botella cada día.

Cataplasmas de plantas frescas: Cola de caballo recién cogida se lava y se pica en el mortero hasta que se forme a modo de una papilla.

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