¿Embarazo…? Mi momento por Ana Belén Girón, naturópata

¿Embarazo…? Mi momento por Ana Belén Girón, naturópata

 

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EMBARAZO Y NUTRICIÓN.-

Durante el embarazo hay que prestar una especial atención a las necesidades nutritivas de la mamá y del bebé. Para la madre, tanto la subnutrición  como la sobrealimentación conllevan la aparición de muchas complicaciones durante la gestación y el parto. Y en cuanto al feto, está comprobado que una alimentación adecuada durante el embarazo reduce el número de problemas psicomotores y otros trastornos.

Por todo ello, el régimen alimenticio del embarazo sin complicaciones  ha de propiciar una alimentación sana, sencilla e individualizada, que asegure un aumento promedio de alrededor de 9 a 11 kilos para el final de la gestación. Aunque no existe una regla común a todas las mujeres en lo que concierne al aumento de peso durante el embarazo.

Si la mujer lleva una dieta variada, rica en alimentos naturales como lácteos, huevos, fruta, vegetales verdes y carne, requerirá pocos cambios, o ninguno durante el embarazo.

El control dietético da mucha importancia no sólo cuándo y cuánto come la futura madre, sino también qué come. Es mejor evitar el consumo de los siguientes alimentos cuando se está embarazada porque están llenos de azúcares o sustitutos del azúcar y harina refinada que no hacen bien ni a la madre ni al bebé.

  • Edulcorante
  • Dulces en exceso
  • Refrescos cola y jugos de fruta muy azucarados
  • Fruta enlatada
  • Cremas artificiales
  • Conservas

Aumentar el porcentaje de proteínas en la dieta juega un papel decisivo para la madre debido al desarrollo y crecimiento de los órganos maternos durante el embarazo (útero, mamas, placenta, etc.) y para el bebé en el desarrollo y crecimiento normal de todo su cuerpo.

La cantidad necesaria de hidratos para la mujer embarazada es prácticamente igual a la de la mujer no embarazada, si bien puede variar según diversos factores, como el peso, la actividad física y el estado de salud general. Siendo importante el que reciba suficientes alimentos ricos en fibras y residuos (frutas, verduras, legumbres) que eviten el frecuente estreñimiento de la gestante.

Las grasas contienen un elevado número de calorías y se aconseja que su aporte no supere el 30% del aporte calórico total. Las grasas cumplen también la función de transportar algunas vitaminas, como la A y la D.

Con respecto a otros nutrientes importantes:

La masa de células rojas de la sangre llega a aumentar de media un 15% durante el embarazo, lo cual requiere un aumento sustancial del contenido de hierro de la madre. Por eso es conveniente dar a la madre un suplemento en los alimentos (por ejemplo leche descremada con hierro) o bien que los ingiera en forma de complemento dietético. Los alimentos ricos en hierro incluyen las carnes rojas, aves, panes, cereales integrales y enriquecidos.

El calcio es el mineral que más abunda en el cuerpo. El 99% del calcio corporal está localizado en los huesos y dientes. Para que el organismo pueda absorber todo el calcio presente en un alimento, es necesario que en ese mismo alimento haya fósforo. La existencia de vitamina D es indispensable para la absorción tanto del calcio como del fósforo. Sus funciones están relacionadas con el crecimiento y desarrollo de los huesos y dientes del bebe, con la coagulación de la sangre, con las transmisiones nerviosas; etc.

Los derivados lácteos son las mejores fuentes de calcio disponibles. Las mujeres con intolerancia a la lactosa (retortijones, hinchazón, y diarrea después de tomar leche, producida por una falta de lactasa, la enzima que metaboliza la lactosa) pueden utilizar leche de soja o un leche que haya sido tratada con una enzima de preparación comercial.

El Potasio actúa en relación con el sodio y el magnesio y tiene como funciones controlar el balance de los fluidos en todas las células del cuerpo. Es indispensable para la transmisión de los impulsos nerviosos y la contracción de los músculos, incluyendo el corazón. Por lo general una persona que sigue una dieta equilibrada y no toma diuréticos, tiene estas necesidades diarias cubiertas.

Los alimentos en los que podemos encontrar este mineral son especialmente las frutas y verduras. Entre las frutas, los cítricos y los plátanos y entre los vegetales los de hojas verde oscuras y las patatas.

La absorción de zinc está inhibida por la ingesta importante de hierro y ácido fólico. Las mujeres que toman complementos de hierro y ácido fólico tienen que consumir alimentos ricos en zinc diariamente. Las fuentes de zinc se encuentran en las ostras y mariscos, las carnes rojas, aves, pescado y productos lácteos, si no se desea comer carne o pescado, las legumbres, cereales integrales y pipas de calabaza son fuentes bastantes buenas.

Durante el embarazo, la vitamina A se vuelve de gran importancia por su acción antiinfecciosa, mejora la capacidad visual del bebé, ayuda a dar suavidad a todos los tejidos membranosos y potencia el sistema inmunológico aunque un exceso de esta vitamina no es aconsejable.

El grupo de vitaminas B son necesarias e importantes para el crecimiento y desarrollo del bebé, la formación y desarrollo del sistema nervioso y el cerebro. Además mejoran la actividad intelectual y el estado de ánimo de la futura madre.

El ácido fólico (B9) se encuentra principalmente en las verduras de hojas verdes y las carnes. La vitamina B12, se puede ingerir tomando, productos fermentados, leche de soja, levadura de cerveza o complemento de esta vitamina.

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble que, al igual que todas las vitaminas del complejo B, no se almacena en el cuerpo y su exceso se elimina por orina todos los días. Cumple un rol fundamental ya que participa en la regeneración de los tejidos, huesos, heridas y para el mantenimiento saludable de la piel por ser buena para la formación y mantenimiento del colágeno. Su ingesta durante el embarazo es sumamente importante ya que interviene en el desarrollo óseo del bebé y en el crecimiento de sus dientes. Además ayuda a la absorción del hierro en el organismo, evitando la anemia ferropénica, muy frecuente en las embarazadas.

El contacto con los rayos ultravioletas del sol es uno de los principales modos en los que la piel humana puede fabricar la vitamina D. Con apenas 20 minutos de exposición al sol o 30 a la luz del día, se provee de la dosis diaria requerida. Entre sus funciones figuran: el crecimiento y reparación de los huesos, el mantenimiento de la fortaleza de dientes y huesos, favorecer la absorción del fósforo y del calcio y así mismo asegurar su fijación en los huesos y dientes del bebé.

Requerimientos nutricionales y alimentarios durante el embarazo.

“Alimentación y dietoterapia”. P. Cervera. Ed. Mc Graw Hill

CUADRO

Dedicar una especial atención a las recomendaciones alimentarias durante la gestación pretende: cubrir las necesidades nutritivas de la mujer, satisfacer las necesidades debidas al crecimiento fetal, preparar al organismo materno para afrontar mejor el parto y promover y facilitar la futura lactancia.

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Ana Belén Girón Fernández

Psicóloga y Naturópata

Escuela Internacional Naturopatía M.R.A 

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