Tanto hombres como mujeres se tiran a por las vacaciones pero no siempre saben qué es lo mejor para hacer con ellas.
Nosotros lo tenemos claro: conseguir calidad de vida y bienestar integral duradero.
A eso otros lo llaman «crecer». No importa como lo llamemos, lo importante es que sea útil y eficaz para nuestra vida cotidiana.
La reflexión es importante para :
- ser libres
- controlar nuestra vida
- alcanzar los objetivos que verdaderamente nos importan
No tenemos tiempo… es una frase tan manida…
Ahora estás de vacaciones, y si no estás de vacaciones puedes darte vacaciones mentales. Y te das vacaciones mentales cuando eliges pensar en aquello que te produce o te producirá bienestar. Sentir paz interior es la mejor forma de descansar.
Cuando reflexionamos tendemos a dispersarnos, evadirnos, agobiarnos, obsesionarnos… por eso conviene tener una «guía» que nos inspire y nos facilite la labor.
Para nuestros «amados» hombres
Permítete un ratito de lectura y reflexión:
- ¿Qué parte de mí se siente constantemente atacada, incluso cuando nadie lo hace?
- ¿A quién estoy intentando demostrar algo… y por qué?
- ¿Qué estoy intentando demostrar exactamente?
- ¿Qué me está gritando mi mal humor que yo no quiero escuchar? Algo te quiere decir que no te gusta oír.
- ¿Qué me decepcionó tanto, que todavía me lo sigo cobrando con el mundo?
- ¿Qué parte de mi infancia aún no se ha sentido suficientemente vista o respetada?
- ¿Qué me gustaría pedir y no me atrevo… y por eso grito, me encierro o me defiendo?
- ¿Estoy reaccionando a esta situación o a una vieja herida que no ha sanado?
- ¿Qué ganaría si en vez de reaccionar eligiera responder con conciencia y desde la calma?
- ¿Qué imagen de “hombre” estoy intentando sostener… aunque me duela?
- ¿Qué tipo de libertad personal me estoy negando por seguir reaccionando así?
- ¿Cuál fue la última vez que me sentí orgulloso de cómo respondí?
- ¿Cómo fue la situación y cuál fue mi actuación para obtener mi propia aprobación?
- ¿Qué parte de mi sensibilidad he ocultado para sobrevivir?
- ¿Y si mi rabia no es más que tristeza con armadura?
- ¿Qué pasaría si me permitiera no tener razón?
- ¿Cuántas veces al día me obligo a aparentar fuerza mientras me siento roto por dentro?
- ¿Qué he aprendido de los hombres que me criaron… y qué quiero desaprender?
- ¿Qué estoy esperando que cambie fuera, que en realidad necesita cambiar dentro?
- ¿Qué me está enseñando mi incomodidad… si en vez de huir, la escucho?
- ¿Qué parte de mí pide ternura disfrazada de tensión?
- ¿A quién sigo castigando cada vez que pierdo los estribos?
- ¿Qué pienso hacer, paso a paso, para conseguir ser esa persona que deseo ser? Haz un programa bien especificado.
Pero no podemos olvidar a nuestras mujeres. ¿Por qué todavía dividimos las preguntas por sexos? Porque nos guste o no vivimos roles diferentes en muchos aspectos aunque no sean todos y tú decides qué preguntas te resuenan y cuáles no.
Para nuestras «amadas» mujeres
No tengas miedo a profundizar en tu corazón y en tu sentir. No pasa nada ser consciente de tu realidad, todo lo contrario, dará explicación a muchas de tus reacciones y eso te dará la oportunidad de mejorar tu vida.
Nos hemos enfocado especialmente en mujeres madres de familia pero cualquiera que se adjudique la pregunta que le resuene:
- ¿Quién era yo antes de convertirme en esposa y madre… y qué queda de ella hoy?
- ¿Estoy viviendo mi vida o la que otros esperaban de mí?
- ¿Qué parte de mi alma se ha silenciado por estar disponible para todos?
- ¿Qué deseo oculto me está pidiendo a gritos que lo escuche?
- ¿A qué he renunciado sin darme cuenta?
- ¿Qué me está mostrando este cansancio que no he querido ver?
- ¿Qué estoy tratando de sostener para que nada se rompa… aunque me esté rompiendo yo?
- ¿Dónde se refugian mis emociones cuando no me siento escuchada?
- ¿A quién quiero cuidar… y quién me cuida a mí?
- ¿Qué haría diferente si supiera que no voy a decepcionar a nadie?
- ¿Cuánto tiempo hace que no me escucho de verdad?
- ¿Qué necesito perdonarme para volver a quererme?
- ¿Cuántas veces al día me trago lo que siento por no generar conflicto?
- ¿Qué mensaje me daría mi cuerpo si pudiera hablar sin miedo?
- ¿Cuándo fue la última vez que hice algo solo por placer?
- ¿Qué me está diciendo esta rutina… más allá del agotamiento?
- ¿Dónde quedó mi espontaneidad, mi alegría sin agenda?
- ¿Qué relación quiero tener conmigo misma a partir de hoy?
- ¿Qué pasaría si me atreviera a pedir ayuda sin sentirme débil?
- ¿Quién soy… cuando no estoy haciendo nada por nadie?
Esperamos que esto te ayude y por supuesto si necesitas más:
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