Cuántas mujeres piensan esto: «No tengo tiempo para estudiar». Y dejan que su vida pase y siga sin pasión, sin ilusión y solo como funcionarias de sus obligaciones.
Claro que tus obligaciones son importantes, pero tú eres más importante que tus obligaciones.
Ese altruismo que vivimos de forma habitual se convierte más que en una elección en una inercia… vivimos en automático. Y ese vivir en automático nos impide sentirnos satisfechas y por eso enfermamos: nos quedamos sin energía vital.
Es cierto que tienes tu hermosa familia que asistir, es verdad que necesitas trabajar para darles y darte calidad de vida pero también es cierto que no necesitas renunciar a tus sueños.
Una ama de casa que además trabaja puede compaginar sus estudios de Naturopatía si aplica algunas estrategias concretas y realistas. Aquí te dejo un enfoque práctico:
1º Establecer prioridades claras. –
Estudiar Naturopatía no es solo una formación, es una inversión en uno mismo y en el futuro. Verlo como una prioridad (aunque no urgente) ayuda a darle el espacio mental que merece. Aquí prima la frase «sin prisa pero sin pausa». La pausa es la antesala de la renuncia, y cuántos se han alegrado de renunciar a sus sueños.
La vida es un continuo tomar decisiones, cada decisión apunta a un objetivo. ¿Tus decisiones apuntan a «tus objetivos» o a los objetivos de otros?
2. Fragmentar el estudio en micro-momentos. –
Aprovechar los tiempos muertos del día:
15 minutos mientras se cocina algo.
Repasar un video mientras espero que salgan los chicos del cole.
Escuchar audios mientras se hace la limpieza o estoy conduciendo.
Repasar mientras estoy en el baño.
Revisar apuntes en la noche antes de dormir…
Seguro que encontrarás mil y un momentos para mantener el calor de tus conocimientos recién adquiridos.
3. Crear un espacio físico y mental
Un rincón, por pequeño que sea, con una vela, una planta o algo simbólico, puede convertirse en el “espacio del estudio”. Eso ayuda a asociarlo con calma y concentración.
Quizás ese espacio sea más bien temporal. Si la familia comienza el día a las 7:30, tu puedes empezarlo media o una hora antes. Es tu tiempo, es tu momento, es saldar la deuda que tienes contigo misma.
No eres mejor madre porque renuncies a lo que no haces por pereza, desmotivación, comodidad o mediocridad.
Serás un magnifico ejemplo para tus hijos y una inspiración para tu pareja. La madre renunciadora no inspira a nadie ni transmite ningún ideal apetecible. Poniendo la excusa de que renuncias a tu vida por ellos finalmente los convertirás en deudores de tu frustración.
4. Usar herramientas que permitan estudiar en diferido
Plataformas con clases grabadas, audios, PDF descargables y tutorías flexibles hacen que se pueda estudiar cuando los hijos ya duermen o en fines de semana.
En nuestra escuela ya sabes. Tienes clases online en directo, se quedan grabadas, las puedes ver de forma indefinida cuando quieras, y hasta puedes entrar gratis a grupos posteriores al tuyo para repasar.
Te damos todas las facilidades, estamos en contacto continuo contigo, y no solo resolvemos tus dudas sino que además te damos soporte profesional post-curso.
5. Integrar lo aprendido en la vida diaria
Por ejemplo, aplicar lo que aprendes en Naturopatía con tu familia (alimentación, gestión del estrés, plantas medicinales) esto refuerza el aprendizaje y lo hace útil desde el primer día.
Cuáles son las carencias tuyas y las de tu familia. Pues ve apuntando cómo y cuándo intervenir con naturopatía. Ahora ya puedes incluso con Naturopatía para Mascotas atender al peludo de la casa.
6. Buscar apoyo familiar
Pedir a la pareja o hijos (si ya tienen edad) que colaboren un poco más en casa puede liberar momentos para estudiar. A veces basta con una conversación sincera. Y si nadie está dispuesto a colaborar en tu felicidad… qué estás haciendo, con quién convives, merece la pena tu «harakiri existencial»…
El amor y el respeto siempre deben ser bidireccionales.
7. Ser amable contigo misma
No se trata de hacerlo todo perfecto, sino de avanzar. Aunque solo estudies 15 minutos al día, en un año puedes tener una base sólida de conocimientos. Recuerda que «lo mejor es enemigo de lo bueno». Buscar la perfección te lleva a la parálisis. Muévete, ya tendrás tiempo y ganas de mejorarlo.
Solo pierde el que «tira la toalla». Mientras estés en el ring el combate no ha acabado. Es una cuestión de valores, de principios, de amor propio.
Y por supuesto, esta reflexión, este post también va dirigido a «hombres» que se sientan en esa misma situación. También ellos renuncian a sus sueños por sus obligaciones. A vosotros también os abrimos nuestros brazos y os dedicamos estas palabras…