Paqui, Lola y los dos ancianos
El otro día mi amiga Paqui me contaba cómo la vida le había dado la mejor de las lecciones.
Su madre estaba incapacitada por una embolia mal curada y terminó en una residencia.
A ningún hijo le gusta mandar a un padre o a una madre a un lugar así pero las obligaciones profesionales, las casas cada vez más pequeñas, las exigencias continuas de los hijos y las recomendaciones de los amigos, siempre nos llevan a tomar este tipo de decisiones.
Claro que mi amiga estaba convencida de que en ese lugar su madre recibía un trato correcto y humano. Solo que cada vez que iba a visitarla apenas podía quedarse sola con ella.
La anciana solo la miraba con ojos inquisitivos como queriendo decir algo importante pero no atreviéndose a hacerlo.
No pasó mucho tiempo hasta producirse otro evento similar en la familia, en este caso fue el suegro de Paqui … un accidente cerebro vascular que lo dejó impedido en una silla de ruedas y paralizada la mitad de su cuerpo.
Solo hubo una gran diferencia… el suegro de Paqui, además de recibir los tratamientos médicos propios de la situación, se benefició de las terapias naturales que su hija Lola dominaba a la perfección. Usaron inducción con P.N.L., biomagnetismo, reflexología podal, quiromasaje, suplementos de plantas medicinales, etc. etc.
Como resultado, el suegro de Paqui ya caminaba a los dos meses y recuperó casi un 90% de movilidad.
¡Ay si mi madre hubiera recibido las mismas terapias…!
Casos como este conocemos muchos. De hecho, te paso un enlace donde un antiguo alumno de la Escuela, deja constancia en video de la evolución de su cliente Saul, victima igualmente de un ACV. Pincha aquí y si quieres tratarte con naturopatía escríbenos.