Selenio…muy interesante
Qué sabemos.-
El selenio (del griego σελήνιον, resplandor de la Luna) fue descubierto en 1817 por Jöns Jacob Berzelius. Al visitar la fábrica de ácido sulfúrico de Gripsholm observó un líquido pardo rojizo que calentado al soplete desprendía un olor fétido que se consideraba entonces característico y exclusivo del telurio —de hecho su nombre deriva de su relación con este elemento ya que telurio proviene del latín Tellus, la Tierra— resultando de sus investigaciones el descubrimiento del selenio.
El selenio es un micronutriente para todas las formas de vida conocidas que se encuentra en el pan, los cereales, el pescado, las carnes, las lentejas, la cáscara de las papas y los huevos. Está presente en el aminoácido selenocisteína y también se puede encontrar como selenometionina, reemplazando al azufre de la cisteína y la metionina respectivamente. Forma parte de las enzimas glutatión peroxidasa y tiorredoxina reductasa.
Es antioxidante, ayuda a neutralizar los radicales libres, induce la apoptosis, estimula el sistema inmunológico e interviene en el funcionamiento de la glándula tiroides. Las investigaciones realizadas sugieren la existencia de una correlación entre el consumo de suplementos de selenio y la prevención del cáncer en humanos. Aún es tema de investigación, pero se sabe que la forma química en la que se encuentra el selenio (selenito, selenato o selenoaminoácidos) afecta a su absorción y a su posible toxicidad. Los datos actuales apuntan a que la forma orgánica (formando parte de proteínas como selenoaminoácidos) es la mas beneficiosa para los animales. Además potencia el buen humor.
La deficiencia de selenio es relativamente rara, pero puede darse en pacientes con disfunciones intestinales severas o con nutrición exclusivamente parenteral, así como en poblaciones que dependan de alimentos cultivados en suelos pobres en selenio. La ingesta diaria recomendada para adultos es de 55-70 μg; más de 400 μg puede provocar efectos tóxicos (selenosis).
Fuentes.-
Los alimentos vegetales, como las verduras, son las fuentes de selenio más comunes en la dieta. La cantidad de selenio presente en las verduras que se consumen depende de la cantidad de mineral que estaba presente en el suelo donde la planta creció. El pescado, los mariscos, las carnes rojas, los granos, los huevos, el pollo, el hígado y el ajo son todos buenas fuentes de selenio. Las carnes obtenidas de animales que comieron granos o plantas que se encuentran en suelos ricos en selenio tienen niveles más altos de este mineral. La levadura de la cerveza, el germen de trigo, al igual que los panes enriquecidos son también buenas fuentes de selenio.
Carencias.-
La deficiencia de selenio es poco común en los estadounidenses; sin embargo, puede ocurrir cuando una persona es alimentada por vía intravenosa durante largos períodos de tiempo. La enfermedad de Keshan es causada por una deficiencia de selenio que lleva a que se presente una anomalía del músculo cardíaco. Dicha enfermedad cobró la vida de muchos niños en la China, hasta que se descubrió su relación con el selenio y se lo comenzó a suministrar en los suplementos.
Otras dos enfermedades han sido relacionadas con la deficiencia de selenio:
· La enfermedad de Kashin-Beck que ocasiona enfermedad articular y ósea
· El cretinismo endémico mixedematoso que ocasiona retardo mental
Los trastornos gastrointestinales severos también pueden afectar la capacidad del cuerpo para absorber el selenio.
Demasiado selenio en la sangre puede causar una afección llamada selenosis, la cual puede provocar pérdida del cabello, problemas en las uñas, náuseas, irritabilidad, fatiga y daño nervioso leve.