Testimonios de Salud…hemorroides para la madre y terror nocturno para la hija
Llevamos varias semanas recabando lentamente algunos testimonios de alumnos de la Escuela Internacional Naturopatía sobre sus experiencias con los métodos naturales de salud (Naturopatía).
Para algunos las hemorroides pueden resultar un asunto jocoso, no así para quien las padece. Dolor, molestia, sangrado, picazón…son algunos de los síntomas. En algunos casos esto deriva en cirugía y suele ser un lugar muy doloroso. Para aquél que no sepa qué es una hemorroide sacamos de la red una sencilla definición:
Anatómicamente, las hemorroides son plexos, cojinetes o almohadillas de tejido submucoso donde están contenidas las vénulas y arteriolas del conducto anal. Solo son patológicas cuando el flujo de sangre en esta zona de vasos sanguíneos se interrumpe. En estadios más avanzados, las hemorroides sobresalen por el canal anal. Durante el momento de la defecación, y debido al aumento de presión, aparecen para desaparecer después. Al suceder esto, las hemorroides pueden quedar atrapadas en el ano, lo que produce intenso dolor. En una posterior evolución, la hemorroide está permanentemente en el exterior y solo se pueden reintroducir mediante presión por el dedo, o incluso llegan a ser imposibles de reducir. Si el problema es mayor, los vasos sanguíneos afectados y el tejido inflamado circundante deben ser esclerosados (tratamiento esclerótico, coagulación mediante infrarrojos), ligados o eliminados quirúrgicamente.
Ya no suena tan divertido…¿verdad?
Y otro tema que tampoco es divertido para quien lo sufre son los terrores nocturnos en los niños. A qué nos referimos:
Los terrores nocturnos son menos frecuentes que las pesadillas. Se definen como episodios de miedo muy intenso que no están relacionados con un suceso determinado ni con el contenido de un sueño. Los terrores nocturnos afectan a los pequeños durante las primeras horas del sueño (fase no REM) o a primeras horas de la mañana y suelen durar de 5 a 15 minutos, aunque también pueden prolongarse durante una hora. El niño se muestra despierta y dormido al mismo tiempo, abre los ojos, murmura, puede gritar, se agita y parece querer escapar de algo. Son frecuentes entre los niños de 1 a 8 años, aunque, en ocasiones, pueden producirse cuando son más mayores. De un niño a otro existen notables diferencias, tanto en intensidad de las manifestaciones como en su duración.
La calidad de vida de una familia depende en gran medida de la calidad del sueño…cuando no se puede dormir en una casa por cualquier motivo el estrés, disconfort, irritabilidad, etc. son la tónica dominante.
Silvia, antigua alumna de la Escuela, consiguió resolver sus dos conflictos tal y como nos manifiesta en este testimonio de audio. Esperamos que os sirva a aquellos que pasen por la misma situación.